Pues no pensaba escribir más
post este año que acaba y que lo cerrara el artículo #alcoholymenores, pero una
simple vuelta por los MM.CC. y por twitter me ha bastado para estar hasta las
narices de las alertas: Alertas de los MM.CC., alertas desde las
administraciones, desde fundaciones, desde estudios; alertas que nos rodean
sobre alcohol y menores, sobre la violencia de género entre chicos y chicas, sobre el
consumo de drogas que va a malear (desde que tengo uso de razón) a una
generación entera, sobre ninis y su
negativa a dejar de serlo y tantas otras alertas.
Pero no oigo alerta alguna sobre
la falta de inversión en programas destinados a jóvenes, sobre los presupuestos
ridículos que inciden en la promoción de la participación, en la falta de
esfuerzos por repatriar a jóvenes que han huido de un país que se ríe de los y las jóvenes diciendo
que emigran para conocer mundo, sobre programas de empleo juvenil más
preocupados en apuntar gente que en ofrecerles un empleo en un mercado laboral
preparado para la hostelería, la construcción y, por supuesto, para ellas, la
peluquería y la belleza.
Tampoco oigo ninguna alerta sobre
la preponderancia en gastos superfluos en actividades de entretenimiento que
agotan partidas en detrimento de las actividades que las propias leyes mandatan
para su implementación en la población joven, ni de la desolación de trabajar
por un mísero sueldo echando horas de trabajo con el régimen de multicontrato
precario, ni de la falta de apoyo a organizaciones que trabajan de forma seria
con los y las jóvenes.
Tampoco alertan de la dejadez, de
la torpeza y de la ignorancia de algunos cargos públicos para hacer lo que las
leyes dicen que hay que hacer en temas de juventud, ni del seguidismo a esta práctica para conseguir una subvención, hacer un estudio o vender un periódico más.
Dejen, por favor, las alertas.
Dejen de meter miedo y pónganse a poner remedio a todos esos males que desde
hace miles de años asolan a los y las jóvenes.
La alerta no debería ser sobre la
juventud, sino sobre ustedes.
Buen 2017, sin alertas y con
propuestas y presupuestos que propicien que los y las profesionales también nos pongamos a ello.
“Los jóvenes de hoy en día son unos tiranos, contradicen a sus padres,
devoran su comida y le faltan al respeto a sus maestros”.
Sócrates, hace 2.400 años.
Chapeau para tí y que tengas un buen 2017. Gracias por este oasis en el desierto.
ResponderEliminarPedro Javier.
Muchísimas gracias por otro año más de pedagogía de la buena. Una vez más comparto tu opinión. Hay mucho trabajo por hacer y hay pocos dirigentes que se crean que las políticas de juventud son LO IMPORTANTE Y HOY MÁS QUE NUNCA TAMBIÉN LO URGENTE. Pagaremos muy caro este desinterés...ya lo estamos viendo..
EliminarLavarse las manos del conflicto entre el poderoso y el débil significa ponerse al lado del poderoso, no ser neutral.-Paulo Freire.
Gracias Pedro y EBL por vuestros comentarios. Yo también estoy convencido que esa falta de atención a las políticas de juventud lo pagaremos caro todos. Seguiremos luchando para que no sea así. Un saludo y buen 2017 también para vosotros.
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