Invitado
a participar en el Carnaval de Blogs por el CEESC (Col-legi d´Educadores i
Educadors Socials de Catalunya) con motivo del Día Internacional de la Educación Social, voy a tratar de aportar
mi granito de arena y mi opinión sobre un tema que también tiene algo que ver
con la vocación, la profesionalidad y el buscarse la vida.
Ya
sabemos que nada es tan proclive al debate como una pregunta de estas
características. No importa el posicionamiento final, cada cual con el suyo, lo
que importa es el proceso y de lo que de él podemos extraer de interesante para
aclararnos o generar conocimiento común.
Sabiendo
del tópico de la cuestión, voy a intentar mojarme: ¿nace o se hace? Pues tanto
da, lo importante es que sepa que el destinatario de su trabajo es más
importante que todas las demás circunstancias que rodean a su profesión.
Al
hilo de la pregunta me surgen varias más: ¿Qué es la vocación? ¿Qué es ser un profesional?
¿Qué significa eso de la profesión?
¿Es lo mismo ser educador en 1990 que en 2014? ¿Tiene unas características
especiales el educador que nace? y ¿el que se hace? ¿Damos por hecho que quien
se matricula en un grado de educación social, trabajo social o en un módulo de
animación sociocultural tiene vocación, nace para esto? ¿El amor a un trabajo
está directamente relacionado con tener un certificado de estudios? ¿Por qué no
hacemos nada cuando observamos que un compañero de profesión pasa absolutamente
de los destinatarios? ¿El corporativismo absurdo lo tenemos vía genética o nos
hacemos a él?
Pero
siguen las dudas. Si, como defienden muchos autores que he leído, el educador
se hace, ya sabemos que cualquiera puede ser educador con sólo tener capacidad
de memoria y saber escribir, desde Torrebruno
hasta Jack “el destripador”. Todos podemos ser educadores, entonces
¿qué tenemos de especial?
Si,
por el contrario, nace ¿cómo lo sabemos? ¿Cómo lo sabrá la persona? ¿Es este
sistema educativo una herramienta válida para descubrir vocaciones? ¿Está la
idea de transformación social de realidades que no nos gustan en el código genético
de los educadores?
Quien
quiera establecer un sistema sobre esto fallará, como se equivocan los que
quieran uniformar a las personas. Risa me dan algunos teóricos definiendo cómo
tenemos que ser los educadores y qué características hemos de poseer, como si
fuéramos presentadores de telediarios que dicen en voz alta un guión escrito. Quieren
que transmitamos sus conocimientos, no los nuestros. Y eso es ridículo, además
de otras muchas denominaciones.
Cuando
en muchas reuniones de coordinación con mediadores juveniles que trataban
directamente con grupos de jóvenes, me pedían que les diese “recetas” para
trabajar con ellos, siempre me negaba. Las recetas no valen para todos, las
mías valen para mí, para mi forma de comportarme, para intentar ser auténtico,
coherente y sincero conmigo y con los destinatarios (ellos lo notan) pero esas
actitudes son inherentes a mí, cada uno ha de tener las suyas en función de
cómo sea su personalidad. Lo demás, es fabricar educadores en serie ¿eso es lo
que queremos?
En
cualquier caso, el purismo y el dogma para quienes lo quieran.
Hay
tantos casos particulares como personas. En estos años he visto de todo:
personas que han llegado a esto a los 30 años sin experiencia previa y se
revelan como estupendos educadores; gente con 3 máster que cuando ven a un
grupo de gente alrededor suyo les sale urticaria; educadores que no soportan a
las personas con las que tratan. Sí, otra vez los tópicos que se esfuerzan en
repetirse para dejar de convertirse en estereotipos y retratar auténticas y
tristes realidades.
Defiendo a las
personas capaces y comprometidas con lo que hacen. Sin más.
No
he sido nunca un animador buenrollista, no valgo para eso. Si
hubiera querido imitar a otros profesionales a los que les salía solo, hubiera
fracasado por seguir un modelo. Me siento capacitado, comprometido y motivado y
la puesta en acción es mía en función de mi personalidad y mis características,
no quiero ser otro, ni un clon que marca un experto.
Creo
que debe existir un órgano, formal o no, que elabore un código deontológico que
sea asumido y consensuado por todos, que sea nuestra única bandera y nos
identifique ante la sociedad. No me resultan útiles los códigos deontológicos
bellos y que hay que hacer porque quedan maravillosos. No. Quiero un texto que
cuando alguien vaya a estudiar un grado relacionado con esta noble profesión se
lo piense antes de seguir y sepa que su trabajo va a ser evaluado según ese
código, aceptado por todos. Sería una de
las pocas formas que tendríamos de lo que llamamos “dignificar la profesión”,
que nos respetemos nosotros y que nos respete la sociedad.
Y, en mi humilde opinión, un código
deontológico no debería parecerse a una norma estatutaria articulada.
Alguien con 18 años, antes de entrar en la facultad, debería entenderlo del
todo para saber con lo que se enfrenta.
¿Estamos seguros que lo leen, que lo
entienden? ¿Vosotros lo leísteis? ¿Lo entendisteis? ¿Por qué tienen que ser tan
peñazos? ¿Hablan de capacidad, de compromiso? Necesitamos algo con vida, con
protagonismo, con presencia, dinámico, participativo y que defendamos con uñas
y dientes.
Y
si fuera así ¿Cómo medimos la capacidad y el compromiso? Pues con lo listos que
somos todos, la cantidad de expertos y el número de congresos, seminarios y formaciones
diversas que hacemos ya podríamos dar con la tecla.
Y
por si hubieran pocas preguntas en este post voy a terminar con otra más,
pero
esta no es mía. La hacía la educadora social Noelia Muñoz (@conresortes) hace
poco en un tuit: ¿Recordáis porqué os
hicisteis educadores?
Pues
eso, que cada uno se la conteste y sabrá lo suficiente para definir dónde está
y qué posición ocupa.
O
si has nacido o te has hecho para esta historia.
Si
el resultado te satisface completamente, enhorabuena, has elegido una profesión
fantástica.
Gracias
al CEESC por su invitación.
Un
animador sociocultural que os desea buen día internacional de la Educación
Social.
PD: Aquí podrás leer todos los post publicados en el Carnaval de Blogs.
PD: Aquí podrás leer todos los post publicados en el Carnaval de Blogs.
Muy buena reflexión con algunas preguntas que deberíamos contestarnos cada cierto tiempo.
ResponderEliminar¡¡Genial!! como siempre. Un abrazo de otro animador y educador :P
ResponderEliminarno hay dudas: cada día soy más fan tuyo y por supuesto de la ASC! gracias por estos post tan motivadores!!
ResponderEliminarHola! yo pienso que se hace pero que viene con un componente entre características personales y experiencias vividas. Pero, como dices, qué más da.
ResponderEliminarTe doy la razón en el callar cuando vemos a "compañeros" que vienen a echar las horas pero es un defecto que habría que ir mejorando.
Saludos
@mignesias