Vistas de página en total

martes, 1 de julio de 2014

Apuntes sobre participación social.


Ante el próximo #hablemoseduso, espacio creado por la educadora social Mari Mar Román (@MarimarRoman), en donde hablaremos de participación, escribo estos apuntes para el debate. El tema es muy amplio y abarca muchos matices pero quiero en este post centrarme en algunos de ellos.


  1. Dice nuestra Constitución, también los diferentes Estatutos de Autonomía, que los poderes públicos promoverán la participación de los ciudadanos en el desarrollo político, social, económico y cultural del país. Me da en la nariz que lo hecho ha sido bien poco y su interés mínimo. Para avalar esta afirmación basta con mencionar que esos poderes públicos tardaron desde la aprobación del texto constitucional 24  años en legislar sobre el tema para derogar una ley, la del 64, que ya no servía para nada. Total, para hacer un bodrio. Se podría decir que los poderes públicos han sido la principal cortapisa para desarrollar una auténtica promoción de la participación a través de los cauces tradicionales. Nuestra democracia, en donde la participación social se delega en los partidos políticos, no gusta de tener muchos focos de opinión y las asociaciones  y colectivos son, al fin y al cabo, precisamente eso.
  2.  Salvo periodos muy cortos de la historia los habitantes de esta tierra nunca hemos sido ni nos hemos sentido ciudadanos en toda la extensión del término, ahora tampoco. Sólo somos consumidores y, en general, no queremos que nos calienten la cabeza. Vamos de protestones de barra de bar pero de ahí a organizarnos va un trecho y muchas veces lo hacemos, organizarnos, cuando nos tocan el bolsillo. Participar no va en el código genético, participar cuesta. Hay que querer, abrirse a los demás, compartir, ceder, trabajar en equipo, aprender, ofrecer tu tiempo y buscar el interés común en lugar del particular exclusivamente y todo eso no es nada fácil si nada lo propicia. Si los poderes públicos quisieran sería la mar de sencillo, simplemente valdría con potenciar la participación como metodología de aprendizaje en la escuela. Qué fácil, qué complicado para muchos.
  3. Tengo la sensación que cuando hablo sobre el engendro de ley perpetrado en 2002 alguna gente me mira como si fuera un marciano y eso no fuera importante. Las leyes son muy importantes y son las que promocionan o previenen actitudes y comportamientos. Por no extenderme sólo enunciaré dos temas que se desprendieron de aquel engendro. Por un lado, acabó con una situación atípica en el ordenamiento jurídico español: un menor podría representar a una entidad ante terceros en todas las instancias públicas y privadas. Si algo tenían las organizaciones de escuelas de ciudadanía, este era uno de sus emblemas. Y por otra parte, aunque siempre existieron, la proliferación de asociaciones chiringuito. Este tipo de asociaciones, montadas por tres amigos o por uno o dos con el apoyo del algún amigo o familiar que sólo firmaba, han menoscabado un modelo basado en la participación. También ha contribuido la nueva acepción  de la palabra voluntario que parece referirse sólo a aquellas personas que cumplen una labor social encomendada por otros sin involucrarse para nada en la idea, gestión o planificación de la misma. Una asociación busca el interés general, de la comunidad y nunca un interés particular. Cuando la prioridad es conseguir financiación para sufragar sueldos, estamos hablando de un interés particular salvaguardado con la excusa que nuestros objetivos son sociales. Todo mi trabajo ha sido siempre por el interés comunitario también. La diferencia es que yo, por ética, soy empresario autónomo y pago el 45 % más de impuestos que estos salvapatrias que se les llena la boca hablando del “sin ánimo de lucro”. Las asociaciones son entidades pensadas para la participación de los ciudadanos y no para convertirse en chiringuitos de tres al cuarto. Que sí, que la ley lo permite y que el paro es un problema de primer orden y hay que buscarse la vida, pero cuando hablamos de fraude fiscal de los ricos por diferentes ingenierías fiscales, que también son legales, nos rasgamos las vestiduras pero ante esto, miramos hacia otro lado y encima han estado, durante muchos años, rascando subvenciones públicas. Siempre pongo un ejemplo para saber si una organización es un chiringuito S.A. o una entidad de carácter social: ve a visitarlos y diles que quieres ser socio de número, a ver qué excusa te ponen para que no vuelvas por allí. Ellos quieren voluntarios o socios colaboradores que no puedan elegir ni ser elegidos. En fin, asociaciones que no han hecho una asamblea general en su vida porque son dos y el del tambor. Entregamos la participación a cambio de unas cuentas monedas. Regular esto y diferenciar lo que sería una entidad participativa de una fórmula de autoempleo es lo más fácil del mundo pero, como en todo, hay que querer. Me ofrezco para  proponer una regulación de forma gratuita  si nuestros legisladores creen que sería complicado.
  4. Hace poco, leí un post en el estupendo blog de Fernando de la Riva (@Fernandodlriva) “Apuntes para laParticipasión” denominado “Participación y Poder”, en el que escribía que el sentido último de lo que llamamos democracia es compartir el poder para que el mayor número de gente pueda incorporarse al proceso de la toma de decisiones. Decía Fernando que ese poder no es sólo de los gobiernos sino de las empresas, de las familias, de las organizaciones porque en todos es similar la situación que se produce y aquí es donde hemos fracasado. No hay voluntad desde ninguna forma de poder para que la participación de los demás sea efectiva y cuando se produce carece de visibilidad ante la sociedad. Ni estamos preparados ni quieren que lo estemos. Hace poco, un amigo me contaba que su hijo de 12 años está teniendo problemas en el colegio porque está acostumbrado a participar en las decisiones que toma la familia y que su opinión se respete pero que cuando quiere hacer lo mismo en su colegio lo miran como si viniera de una cueva. Pues eso, como siempre la mejor forma de hacer las cosas es a través de la educación pero esa palabra en este país se recicla cada cuatro años y nunca se habla de ella en torno al conocimiento si no como moneda de cambio.
  5. Los usos y costumbres de las asociaciones en temas orgánicos están basados en la ley citada a imagen y semejanza de la Ley de asociaciones de 1964 lo que supone que seguimos en el pleistoceno y lo más grave es que se ha quedado muy alejada de la realidad social de hoy en día, sobre todo con las nuevas tecnologías. Muchas de las experiencias que ya hacemos para gobernar y hacer nuestras organizaciones más participativas están fuera del ordenamiento jurídico y eso, además de un disparate, muestra la escasa voluntad política para legislar hechos que ya se están dando en la realidad. En este orden de cosas tampoco han cambiado mucho las razones por las que no hacen nada estos políticos, como sus antecesores: les importa una mierda.
  6. La participación suena ahora a algo no estructurado, más individual acorde con los tiempos que corren. Yo y mi teléfono o mi tablet o mi ordenador participamos en lo que queremos en un momento determinado. Ni me gusta ni me deja de gustar, es una realidad pero una realidad que no va acompañada por la adecuada promoción de la participación que los poderes públicos tienen como mandato y que nosotros no reclamamos y si no lo reclamamos no harán nada y como no estamos acostumbrados a reclamar….la pescadilla que se muerde la cola.

Y no me vengan con más milongas, si quieren  promocionar la participación, háganlo. En este país hay gente muy buena trabajando en el tema y que conocemos los que ahí estamos y las personas que pasan por esas actuaciones. Si no nos gusta el modelo de participación sólo tenemos que unirnos los que estamos por ella,  aunque ahí también se nota la falta de educación en este sentido, los egos y esa rara sensación que te da el poder cuando lo tienes: no quieres que nadie te lo quite aunque sólo mandes en los dos que te doran la píldora y bien protegido por esas cuatro paredes que  tanto quieres y por las que lo has dado todo para que ahora venga un jovenzuelo a decirte que sobras.


Bueno, creo que para empezar el debate puede ser suficiente.

7 comentarios:

  1. Hola, como técnico de juventud de un Ayuntamiento mediano he tenido tramitar subvenciones para asociaciones que sabía perfectamente que estaba compuesta por una persona para como tú dices ganarse un suelo. Cumplía todos los requisitos y enviaba los formularios mejor que ninguna otra. Hace dos años que ya no damos subvención a asociaciones desde el Ayuntamiento y mientras que las demás siguen teniendo relación con nosotros, este no ha vuelto a aparecer por aquí y se que se ha puesto a ofrecer servicios en otra población. Es una verguenza que lo permitan y no podamos hacer nada.
    Es un desahogo leerte de vez en cuando y ver que dices estas cosas aunque lo que más me fastidia es no poder decir mi nombre ni poder denunciar estas prácticas.

    Gracias y un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Entiendo como te sientes. Ya he comentado en otros post lo que me decían técnicos de ayuntamientos y comunidades pero tal y como está montado tu obligación es dar informe sobre las actividades y comprobar que la documentación que entrega es la que dice la convocatoria. Es un fraude de ley pero no parece importar nada. Mira, ya puestos, voy a aprovechar y te voy a contar una historia. En un pueblo de mi Región, con lo de la crisis echaron a una empresa que tenía un contrato para hacer actividades. Esa empresa no ganaba casi nada ya que con los pagos a monitores se iba todo pero ahí seguía. Cuando la echaron el Concejal llamo a un pariente joven suyo para que montara una asociación e hiciera lo que esa empresa hacía. Le pagaban la mitad y los monitores sólo eran gente en prácticas que se iban huyendo ya que todo era sin seguro y sin el personal adecuado. Pues ahí lo tienes y no pasa nada. En fin, me quema mucho el tema y aunque ahora no tendrás problemas porque se acabó el parné, para próximas ocasiones sólo con decirles que a la próxima asamblea te gustaría ir para saludar a todos los socios y actitudes así harás saber que, al menos, tontos no somos y lo único que sabemos seguro es que ese individuo es un sirvenguenza.

      Gracias a tí por dejar tu opinión.

      Eliminar
  2. Hola Juan, soy Mª José y trabajo en una ong. Cuando he leído este post de casualidad he visto retratada a la ong en la que trabajo. Mis nóminas las firma alguien que no he visto nunca pasarse por la entidad y cuando necesito un certificado lo firma alguien que tampoco se quién es. Mi jefe el presidente de la asociación y no hay ningún socio que yo sepa. Estamos las dos educadoras y él que gestiona todo. No tenemos voluntarios. A veces me pregunto esto qué clase de ong es pero la verdad es que tampoco tengo mucha idea de cómo debe de funcionar una asociación como esta ya que no me parece muy normal que tengamos la orden de si viene alguien a preguntar por la entidad lo larguemos amablemente.

    Un saludo y sólo quería exponer una situación, la mía, que viene al pelo de lo que comentabas en el artículo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Mª José. Lo que has descrito no es más ni menos que una asociación chiringuito. Lo siento por ti porque te están privando de una aprendizaje excelente en una asociación si fuera lo que tenía que ser. Es tu curro y vives de eso y es una pena que no lo podáis denunciar. Pues así nos va. Gracias por pasarte por aquí y que puedas dejar tu opinión cada vez que quieras. Saludos y suerte.

      Eliminar
  3. La verdad es que no se muy bien a lo que te refieres con las asociaciones chiringuito. Una compañera de psicología y yo constituimos una asociación para intentar abrirnos hueco en la profesión y fue después que nos lo recomendarán dos profesores de psicología social y un servicio de orientación para emprendedores. ¿Qué hay de malo entonces? Cuando hay tanto paro, la ideología debe ir por detrás del empleo. Así pienso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No añado ni una coma, has explicado la situación mejor que yo. Sólo una cosa, para constituir una asociación hace falta un mínimo de tres personas, también vale que te firme un primo tuyo que no tenga nada que ver con la historia ¿será eso normal?
      Saludos y gracias por decir tu opinión tan sincera.

      Eliminar
  4. ¿Qué sabrán muchos profesores universitarios y estos coach y gurús del emprendimiento sobre participación social? Poco o nada. Esos jóvenes serán responsables de su ignorancia pero sus formadores y orientadores son negligentes y no deberían estar ahí.

    Pedro M.

    ResponderEliminar

Este es un lugar para reflexionar, dialogar y exponer. Utilizalo como tal.