El pasado 27 de abril di una formación al personal técnico de juventud del Ayuntamiento de Alcobendas. Más que una formación fue un alto en el camino para reflexionar sobre nuestra profesión y, sobre todo, si somos útiles o no a las personas destinatarias de nuestra tarea: los y las jóvenes. Fueron trece las profesionales de Imagina Juventud que asistieron más dos educadores sociales y una técnica de igualdad. Mil gracias a todos/as por vuestro trato y por demostrar que hay profesionales en juventud con capacidad y conocimiento ¡Ay, si nos dejaran! De los temas allí tratados voy a resumir algunas de las sensaciones a las que llego y preguntas que lanzo para que aportéis vuestras propias respuestas.
Un alto en el camino.
Es muy saludable hacer un alto en el camino y pensar qué, por qué, para qué y cómo estamos haciendo nuestro trabajo en políticas de juventud. Por ello, ofrecí este servicio ya que creo indispensable que no sigamos en la huida hacia adelante en la que estamos inmersos/as, sin saber bien por qué hacemos lo que hacemos y cada vez más instalados/as en ofrecer actividades de entretenimiento como gran bastión de nuestra labor y creo, estoy convencido, que nuestro trabajo no es ese. No puede serlo.
Las edades.
Son muchas las Concejalías que aúnan los servicios de juventud, adolescencia e infancia (además de algún otro con o sin relación alguna entre ellos) y esto hace que el espectro de edad al que nos dirigimos, de 6 a 30 años o incluso a los 35 en algunos servicios, sea una auténtica locura. Para atender a tal segmento de edad no harían falta 13 sino 130 profesionales especializados/as según edad.
Observo en distintos servicios de juventud de municipios pequeños que, en realidad, a quien atienden son a niños y niñas ya que adolescentes y jóvenes andan en otros menesteres propios de la edad. No tiene por qué ser un acierto o error aglutinar en un mismo servicio a tan diferentes momentos vitales, depende de la cantidad de recursos que destines y la coordinación que ejerzas entre los programas y proyectos destinados a cada edad.
¿A cuántos/as y a qué tipo de jóvenes llegamos?
¿A cuántos jóvenes llegamos con los servicios, actividades y programas que destinamos en Juventud? ¿Al 10%? ¿Al 5%? ¿Al 20? ¿ Al 1%? ¿Esto no nos dice que deberíamos revisar algunos planteamientos? ¿ Atendemos sólo a los y las jóvenes que ya están interesados/as en lo que hacemos? ¿Vamos donde están los y las jóvenes? ¿Son los recreos de los institutos un buen momento para hablar con chicos y chicas? ¿Qué pasa con adolescentes con situaciones complejas? ¿Ya no son nuestros/as, son de Servicios Sociales? ¿ Qué es eso de hacer actuaciones para la juventud y no para jóvenes concretos? ¿Se pueden hacer actuaciones desde un servicio de juventud para 25.000 jóvenes de un municipio de 100.000?
Estructura y competencias en juventud.
¿Se puede seguir trabajando con sentido con las mismas estructuras y competencias en juventud que en 1982? ¿Tan poco han cambiado los y las jóvenes y la problemática social? ¿Quién ha intentado mover un dedo para adecuar lo que hacemos a la actualidad?
Servicios vs intervención.
Son muchos los departamentos de juventud de ciudades medianas y grandes que han apostado por ofrecer al público joven una prestación de servicios directos muy fáciles de utilizar. Los programas estables sobre diversas materias esenciales, sobre todo en dinamización y participación, no son muy usuales en este modelo, pero observamos en otros lugares que la intervención en esas áreas sí da resultados y, en muchas ocasiones, óptimos. Aquí también tenemos que hablar de la política del entretenimiento que está campando a sus anchas por muchos departamentos de juventud. Actividades de ocio sin ningún objetivo ni enmarcadas en proyecto alguno. Simplemente por el hecho de consumir actividades y entretener un rato a adolescentes y jóvenes ¿De verdad una administración pública está para eso? ¿De qué sirven? Unas fotos y luego, el olvido.
Dificultades administrativas.
Que de políticas de juventud o de intervención juvenil no tienen ni idea ni interventores/as ni secretarios/as municipales ya lo sabemos. Ellos/as creen que una actuación juvenil es como construir una carretera o poner bancos en un parque. No tienen formación en esto, ni quieren porque no le dan importancia alguna, ni ningún/a político/a les ha hecho ver por qué han de hacerse las cosas de una determinada manera cuando hablamos de adolescentes o jóvenes.
Cada vez estoy más convencido que a quien realmente les hace falta una buena formación sobre juventud es a sus responsables políticos/as.
Participación y dinamización.
Aquí no puedo ser objetivo ya que son las actuaciones que vengo reclamando para los servicios de juventud, pero no por capricho sino por observar en numerosas ocasiones que son los que más resultados dan para el que debe ser nuestro fin: jóvenes autónomos con las habilidades suficientes para desenvolverse en la vida. Y esto no se consigue en una carrera de colores, ni un apocalipsis zombi, ni en montar actividades a todo lo que de el presupuesto. Se consigue con estabilidad, recursos, cariño y conocimiento. El Cabildo de Tenerife y su Proyecto Espabilé, lo demuestran desde hace unos años, así como otros muchos programas pasados y actuales.
-Paréntesis del autor- El sábado, de comida con unos amigos, me encontré con Ángel, un chico que participó durante 3 años en el programa de educación para la participación nueve.e de la Comunidad Autónoma de Murcia, cerrado hace 7 años. Ahora, con 25, nos abordó con alegría para contarnos lo que le había supuesto estar en ese programa. No es el primero, en estos años han sido cientos los y las jóvenes que nos han parado por la calle, a quienes estábamos ahí trabajando, para agradecernos ese periodo de su vida. Qué queréis que os diga, creo que prefiero dedicarme a esto que a montar carreras de colores que por mucho que insistas, des discursos y te hagas fotos, la incidencia en ellos y ellas será de cero.
Espacios jóvenes.
¿Puede un solo espacio joven en una localidad atender la diversidad y momentos de los y las jóvenes en un municipio? Obviamente, no. Por muy grande que sea, por muchos premios de arquitectura que le hayan dado y por coqueto y de diseño que haya quedado, es imposible.
Hemos de darnos cuenta que hay que distribuir por zonas espacios jóvenes polivalentes para que sean lugares de encuentro de adolescentes, espacios temáticos, con diversidad de usos según el momento, con diversas fórmulas de gestión y utilización. Pero, ojo, si esos espacios no tienen la atención de dinamizadores/as que sepan cuál es su trabajo y sentido, tampoco serán útiles.
Si os apetece leer un rato sobre este tema os dejo el texto en el que basé mi intervención en la formación técnica del Proyecto Espabilé sobre este asunto en 2017.
Información y redes sociales.
A veces creo que seguimos manejando la información como si la fuéramos a poner en el tablón de anuncios de toda la vida sólo que nos esforzamos en meterla como sea en las nuevas herramientas que nos ha ofrecido internet. ¿Sabe un community manager de juventud? ¿A quiénes prestamos los servicios de información en redes? ¿A los y las jóvenes? ¿A políticos/as de turno para que aparezcan en redes? ¿A publicitar actividades como longanizas? ¿De verdad le importa a un joven de Murcia que el Ayuntamiento de Huesca va a realizar una fiesta de la espuma?
¿Qué hacen municipios pequeños y medianos con sus redes sociales? Lo lógico sería que siguieran y que les siguieran los y las jóvenes de su pueblo ¿No? Pues no. Haced la prueba y veréis la realidad, lo que nos hace pensar que estas redes sociales están hechas como vehículos institucionales y de propaganda, bien de la propia entidad o de quien ejerce la representación política.
La principal característica de las redes sociales, la interacción, no se está aprovechando en absoluto y seguimos desarrollando la información desde un punto de vista exclusivamente de quien la ofrece.
De todos estos temas y alguno más que me dejo en el tintero, hablamos en esta sesión enriquecedora entre profesionales de juventud, preocupados/as por que su labor llegue al mayor número de jóvenes posible y, sobre todo, de que sea útil y tenga sentido. Esperemos que quienes tengan que decidir sobre los recursos, presupuestos y campos de actuación, también estén por la labor de que su trabajo repercuta de forma positiva en la población a la que se deben. Parece sencillo ¿No?
Hola Juan¡¡¡¡¡ Acabo de leer el post y ha coincidido que mi Concejal, como no viene nadie por las tardes al Centro de Información Juvenil, me ha dado la orden de tener a niños y niñas de 5 a 7 mientras que sus madres hacen sus cosas, que se lo han pedido y tiene que hacerlo y aquí está el técnico de juventud para poner en marcha este servicio tan relacionado con las políticas de juventud. Si pudiera lo dejaba esta misma tarde. De esto no se habla nada en los cursos que he hecho y algunos me han costado una pasta. Me parece todo un engaño.
ResponderEliminarFelicidades a quienes podéis trabajar en algo relacionado con la labor de la que hablas.
Podrías venir aquí y darle a mi Concejal una formación de asalto.
Un saludo¡¡¡¡¡
Como he comentado en diversas ocasiones ante casos similares, lo siento mucho por tí. Sí, tiene que ser frustrante y lo sufren muchos técnicos e informadores juveniles que terminan haciendo cualquier cosa. Si estuviésemos organizados podríamos luchar contra estos temas pero salvo en algunos lugares (no se de donde serás) está todo hecho un erial.
EliminarMucha suerte y espero que tu situación cambie.