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martes, 3 de mayo de 2016

Sobre presupuestos participativos y jóvenes.

He leído últimamente varias noticias relativas a la pobre participación de los y las jóvenes en diversas iniciativas de presupuestos participativos en distintas entidades. En muchas ocasiones se da por supuesto que una serie de dirigentes acuerdan convocar dicha actuación y ya dan por conseguido que la población joven se va a presentar en masa a participar ¿Ingenuidad o desconocimiento? No caben más opciones en esta causa ya que se presupone que lo hacen con toda la buena voluntad del mundo, pero las cosas no son tan sencillas.


Veo en primer lugar, en una noticia aparecida en el Diario La Opinión de Murcia, que la Universidad de Murcia ha puesto en marcha un proceso de presupuestos participativos con una partida de 40.000 €.  para repartir entre 18 proyectos que se proponían. 

Resultado: participó un 5,8 % de los casi 35.000 estudiantes de la institución.

También he comprobado en distintos municipios que manejan la fórmula de presupuestos participativos, sobre todo con asociaciones de vecinos como protagonistas, que se quejan  amargamente de la escasa participación de las personas jóvenes en el proceso y rara vez encuentran a alguien con menos de 45 años.

Por otra parte, son distintas las Comunidades Autónomas que están poniendo en marcha procesos de recogida de propuestas de la ciudadanía en distintos temas. Y ¡Oh, sorpresa! Está lleno de personas adultas.

Y qué quieren ¿Milagros? De eso no se reparte en esta tienda y me temo que en ninguna otra.

Ante esa situación manifiestamente real ¿Qué se hace para estimular la participación de los y las jóvenes?

Nada.

A lo mejor seguimos creyendo que esto lo tenemos ya todos y todas en los genes y que hemos aprendido por no sé qué arte de ciencia infusa.

No consigo entender que en aquellos lugares o instituciones que contemplan esta positiva práctica de que las personas puedan elegir a qué se van a destinar sus impuestos, no lleva implícita, por mandato del sentido común, la implementación de programas destinados a jóvenes en el ámbito de la educación para la participación con la inclusión de la metodología de presupuestos participativos en su planificación.

No, no vengo de Saturno. Ya se está haciendo y muy bien, por cierto. En el Proyecto Espabilé del Cabildo Insular de Tenerife y que en estas páginas ya he dedicado algún post.

La Universidad es un buen campo para trabajar esta historia, pero todo sería mejor si empezáramos un poco antes, en la escuela, en el instituto.

Es fácil: Asignar una cantidad a un proceso en el que alumnos y alumnas desarrollan un proyecto en beneficio de la comunidad en donde el centro está inmerso.

Con el apoyo de dinamizadores/as (No entiendo porqué razón siguen sin existir educadores/as sociales en los centros, una tropelía para el alumnado), los y las jóvenes irán realizando su proyecto para luego presentarlo junto con los demás grupos.

Serán quienes participen los/as que elijan a qué proyectos se van los fondos previstos, en base a sus objetivos, presentación, posibilidad, ejecución e idoneidad.

Como digo, no es ninguna quimera, ya se está haciendo.

Me imagino a cientos de jóvenes de Tenerife que han pasado por el programa citado y que no les será extraño participar en procesos en la Universidad, ni en su pueblo, ni siquiera en su Comunidad ¿Por qué? Ya saben cómo hacerlo, porqué hacerlo y para qué hacerlo. Todo un lujo.

En municipios y comunidades con presupuestos participativos deberían de destinar, al menos, el 10 % del mismo para acciones relativas a la educación para la participación o aprendizaje por proyectos que contemplen la decisión de los y las participantes en el destino económico de los recursos.


Si no se hace más es porque no se quiere. Atrévanse, ya verán qué bien.

5 comentarios:

  1. En mi Ayuntamiento hay presupuestos participativos, sobre todo de obras, que se deciden en las Juntas de Vecinos aunque han de dar después su visto bueno los técnicos municipales. Nunca se ha visto alguien joven rondar por allí, a veces los espectáculos son lamentables por los dichosos partidos políticos y sus secuaces y por supuesto jamás ha pisado una asamblea ninguna persona menor de 50 años. Al ver tu post ha sido como una radiografía y cuando dices de hacer algo concreto con los jóvenes no hacen ni caso y lo que más me fastidia es que es una bandera que pasean d como buena práctica los concejales y ya han ido a más de unas Jornadas para dar ejemplo de sus "buenas prácticas". En fin, gracias por el artículo y es una pena que algo tan necesario al final sea copado por los mismos de siempre.

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  2. ¿Atreverse, dices? Tienen un miedo que lo flipas a cualquier cosa que suponga perder el control de lo que opina la gente, pero como dices, es una práctica que bien hecha y desde la infancia haría por sí sola dar un salto de calidad en nuestra endeble democracia.

    Adeitasunez, agur.

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  3. Gracias por vuestros comentarios. Es lo que tiene esto de la participación, que es muy bonito eso de dar cancha a la gente, pero claro, luego hay que dar respuesta a sus planteamientos y eso da más miedo. En cualquier caso siempre será bueno que se realicen actuaciones con presupuesto participativo pero, insisto, sin olvidarse de la adecuada promoción entre infancia, adolescencia y juventud, si no después será todo más complicado, justo como pasa ahora.

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  4. Es como casi todas las cosas de esta vida, formar y crear hábitos. De nada va a servir que los presupuestos sean participativos si no existe participación. Es un fast-food en las políticas de juventud, con altas probabilidades de causar indigestión. Por no hablar del repelús que dan a los jóvenes la administración. Ellos, como bien indicas, van a encontrar más 'suyo' cualquier acción en su centro de estudios que en su barrio, por poner ejemplos directos. Porque les va a afectar directamente a ellos, van a tener más libertad creativa y de acción.

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    1. Gracias por tu comentario, José María. Hace poco decía en un tuit que a veces, cuando los adultos o la administración se dirigen a los jóvenes, utilizan un lenguaje preadolescente como si fueran criaturas de otro mundo y así, claro, no hay quien se acerque. Estoy de acuerdo contigo en que primero hay que empezar por lo más cercano y que sienten más suyo y luego ir subiendo. Cuestión de aprendizajes. Saludos y espero que sigas dejando tu opinión por aquí.

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