Hemos
de reconocerlo: los que nos dedicamos al tema “juventud” somos los profesionales que menos influencia
tenemos sobre la población joven de
todos los trabajos que se ejercen con, para o
por las personas de este segmento de edad. Es crudo asimilarlo, lo sé y
eso no impide que duela.
Los
que se dedican a la educación, al diseño, al marketing, a la cultura mainstream, esos sí que tienen una
poderosa influencia en los jóvenes, no nosotros.
¿Tienen
algo que ver los científicos en el desarrollo de políticas energéticas? Pues
parece que tampoco. No, no estamos solos en un mundo que se gobierna con la
sinrazón en una mano y el dinero y el poder en la otra.
Ninguno
de los profesionales anteriormente citados conoce mejor que nosotros a los
adolescentes y jóvenes, ni tienen más formación en ese sentido, ni saben los
preceptos básicos para trabajar con jóvenes. Tampoco han leído a Jaume Funes,
ni han devorado estudios y publicaciones para estar al día de la condición
juvenil y, por supuesto, no habrán hecho doscientos cursos de diferentes temas
sobre jóvenes.
Pero
“la juventud” es una industria de
primer orden y nosotros no pintamos nada ahí. A lo mejor sí que deberíamos de
hacerlo….
Y
ahora viene la duda.
Cambiar
el chip y dejar de lado los esquemas mentales que todos tenemos en la cabeza y
pensad: Os imagináis que no existiera juventud tal como ahora la entendemos, un
departamento específico –para lo que nos ha servido-, y técnicos de juventud estuvieran trabajando en
todos los departamentos de la Administración, orientando cómo hacer las cosas
para que lleguen a estos ciudadanos en las mejores condiciones posibles. Es
más, elucubrad con que las multinacionales contratan a técnicos de juventud
para todos sus departamentos de marketing para que los diseñadores y
publicistas tuvieran en cuenta nuestras opiniones a la hora de realizar
cualquier campaña, en vez de utilizar estudios de mercado y estereotipos
vacíos. Y la bomba: profesionales de juventud en institutos y universidades.
Pero,
sin duda, vendrían nuestras eternas preguntas: ¿sería ético? ¿Pasaríamos a ser parte del negocio? ¿No lo somos ya?
Pues
cada uno tendrá su opinión, desde el más purista hasta el que considere que
haríamos más por nuestros jóvenes así que lo que estamos haciendo ahora.
Hasta
ahora, necesitamos de la cercanía con nuestro público potencial para
desarrollar mejor nuestro trabajo. Eso está muy bien pero llegamos a un público
reducido y en muchas ocasiones ya motivados para participar en sociedad.
Pero
lo que hacemos es necesario y lo defenderé aunque crea que deben de cambiar
algunas cosas. Lo importante de lo que hacemos trata sobre autonomía personal,
convivencia en sociedad, capacidad para decidir sobre los asuntos que les
conciernen y el estímulo de la capacidad crítica ante una sociedad basada en el
consumo feroz. Esas son nuestras armas y podemos desarrollarlas tal y como
hacíamos hasta ahora ante un público reducido o intentar dar una vuelta de
tuerca para que nuestra influencia sea mayor.
Y
esa vuelta de tuerca ha de venir a través de internet y creo que todavía no
hemos dado con la tecla y la única forma que se me ocurre es a través del
pensamiento y del conocimiento pero o no tenemos tiempo, o no tenemos ganas, o
carecemos de recursos, o pon la excusa que tú quieras que tendrá su
correspondiente razonamiento lógico. Pero ahí seguimos.
¿Recordáis
los servicios de SMS para dar información a los jóvenes de nuestra localidad? Concejales y Directores Generales efusivos
porque creían haber descubierto la piedra filosofal. Pues eso: El olvido.
Mezclar
la cercanía de nuestro trabajo con internet
es, a mi juicio, la gran tarea pendiente para ser más influyentes.
La
formación de profesionales que van a tratar con jóvenes en la Universidad
tampoco ayuda. Cuando se habla de juventud o adolescencia se trata como
problema o problemática y ahí está el error. Los jóvenes no tienen ningún
problema por ser como son, los que tenemos un problema somos nosotros que no sabemos qué hacer con ellos, sobre todo los profesionales de la llamada
educación formal o reglada que pagan con la salud su desconocimiento en la
materia.
Cada
vez, a imagen y semejanza de los servicios sociales, tendemos a realizar una
labor más asistencial y basada en unos preceptos tan antiguos como
trasnochados. No debemos renunciar a atender a todo tipo de jóvenes y no sólo a
los que sus circunstancias les impiden tener el acceso al conocimiento y a la
cultura.
A
los jóvenes con problemas de adaptación o en claras situaciones de marginación
social les intentamos trasladar que formarse para un empleo es lo fundamental
en su vida. Que sí, que lo es. Pero también es fundamental para su vida comprender
lo que lee, si lee, ser capaz de expresarse para exigir lo que quiere y tener
habilidades de relación con los demás. A veces pienso que queremos que un joven
de barrios problemáticos sea fontanero o
albañil pero nos importa una mierda que sea un borrico con dos patas.
Una
orientadora amiga me comentaba que desde hace tiempo están llegando a
solicitar orientación jóvenes de 23 o 24 años, víctimas de la sinvergonzonería
inmobiliaria, que el problema no es que su curriculum no ocupe más de dos
líneas sino que ni siquiera saben expresarse y no comprenden nada de lo que le
dices.
En
esa ola de paternalismo que nos invade pensamos que nuestro trabajo consiste en
hacer buenos ciudadanos, pero pienso que también es importante que sean
personas y no organismos individuales aptos para el consumo y la diferencia de
todo está en el conocimiento.
Estos
son los debates que me interesan, a lo mejor, estoy más solo que la una en todo
esto, y sí, el programa, la actividad,
nuestros problemas son importantes pero los jóvenes se están escapando en el
tiempo y ahí seguimos en 1985 o en 1995
y si me apuras en 2005, para el caso es lo mismo.
Mientras,
nosotros debatamos si para ser técnico de juventud hay que estudiar educación
social o no, eso sí que es importante para los jóvenes.
UMM ¿cercanía e internet? Interesante tema, sin duda. Gracias por sacar todos estos temas, hacen que te pongas a pensar un rato.
ResponderEliminarPepe Guillén
Gracias, Pepe por tu comentario. y estoy convencido que este y otros muchos temas consisten en pararse a pensar un rato y mejor en compañía de otras personas con las mismas inquietudes que uno solo.
ResponderEliminarSaludos.
Es cierto, es dificil competir con las agencias de marketing. Pero nuestras armas. como dices son la conexión ( para la inmediatez) y el trabajo en pequeños grupos. Suelo defender que quien se acerca obtiene respuestas y acompañamiento SIEMPRE, cuando te dicen que la incidencia es mínima. Y lo que constato que quienes se acercan son los extremos: o la gente más brillante, o la gente más tirada. La mediocridad hace SÖLO deporte o NADA. Y ese es el éxito de la biolpolítica (por citar a sesudos como Foucault) Por otro lado tenemos un función exploradora ( algo así como un Agencia de Información de la Administración local) ya que estamos al cabo de lo que se cuece. Ya no sé si con pretensiones normlizadoras, y si eso es más bueno o más malo y para quién. Lo que es cierto que la atención a la gente inadapatada ( de todo orden y en sentido amplio) es una de nuestras misiones y con ello contribuimos a los cambios silenciosos y constantes que tienen lugar.Nuestro trabajo es fronterizo entre lo instituido y lo instituyente. En fin son una reflexiones muy rápidas que deberían ser más pulidas.
ResponderEliminarAgradezco mucho tus reflexiones. Son muy acertadas Si no te importa voy a compartirla vía Scoop.it
ResponderEliminarGracias, Acumer por tus comentarios y reflexiones. Muy interesantes, por cierto. Como digo en el post: lo que hacemos está bien, muy bien y creo que muchos tendrían que tener un monumento en la plaza de su pueblo pero siempre he pensado en la exigencia y me planteo que si creo que lo que hacemos es bueno tendría que extenderse más y tener más influencia. No creo que se haya explotado todavía del todo iinternet, lleva muy poco tiempo de vida y aún estamos instaurados en las modas que nos da pero debemos de ir más allá y aunar tecnología y cercanía. Ahora parece de marcianos pero igual que parecía de marcianos lo de wasapear hace 10 años. Por eso mi insistencia de darle a la cabeza y pensar. Nadie lo va a hacer por nosotros.
ResponderEliminarSaludos y espero que sigas dejando aquí tus ideas cuando quieras.
Este programa de PBS es muy interesante
ResponderEliminarThe Merchants Of Cool | FRONTLINE | PBS
Por desgracia, no he podido encontrar subs en castellano
PBS Frontline Merchants of Cool : PBS : Free Download & Streaming : Internet Archive
Gracias por la recomendación, le echaré un vistazo. Saludos.
EliminarNo estás solo. Lo más importante son los jóvenes.
ResponderEliminarEstupendo artículo y comentarios. Da gusto sumarse a este foro.
ResponderEliminarPor comentar algunas cuestiones que me sugiere...Que a los técnicos de juventud no nos corresponde hacer las políticas de juventud no sorprende ni preocupa a nadie. Más aún, es bueno que así sea. Otra cosa es que los responsables políticos no crean necesario consultarnos, o que prefieran sus ’ impresiones' a nuestra informacion, experiencia, o conocimiento.
Nos mantenemos a flote adaptando el rumbo a lo que creeemos importa a los jóvenes: formacion, empleo, vivienda... Que si redes sociales, que si ahora una ofi de emancipacion, que sé yo. Pero sin rumbo. A timonazos, algunos certeros, que son los que acaban en un panel de buenas prácticas en Mollina, y otros, ejem ejem, efímeros, como los sms.
Hace poco oíamos a un político responder en una Comisión parlamentaria que las políticas de juventud están 'maduras'. Desconozco el alcance de sus intenciones. En mi interpretación quería decir caducas y no se atrevió. Al menos yo, le doy la razón. Y dicho esto, le gritaría (metaforicamente, no la liemos) RENUÉVELAS. Las directrices políticas son asunto suyo. Abran la puerta, lean nuestros informes y memorias, los proyectos, quédense en los encuentros de juventud que inauguran, reúnanse con las asociaciones profesionales. Qué sé yo. Pero renuévenlas. Es su obligacion.
Las políticas de juventud son un mandato constitucional vía artículo 48. Y hay que cumplirlo: ocúpense de la juventud de manera específica, o cambien la Constitución.
El panorama es similar en el resto de 'servicios a la poblacion'. Pensemos en sanidad y educacion, por ejemplo. No parece que sus excelentes profesionales intervengan en las respectivas políticas sectoriales, y mucho menos que estén a gusto con el devenir de las mismas...¡Ya hay más mareas ciudadanas que colores!
Y a todo esto, la Union Europea, que en tantas ocasiones parece empeñada en equivocarse, pasarse de frenada o no llegar, se nos aparece ahora como faro de las políticas de juventud. La Estrategia Europa 2020 recoge compromisos muy concretos, cifras etc. La garantía juvenil, otro ejemplo, tambié se apellida 'europea'. Y el recién estrenado Erasmus Plus, con tres ideas palanca tan claras como inclusion, TIc y Multilingüismo.
Dicho sea esto, muy por encima, y contra el desánimo. Pongamos nuestra atención ahí. La fortaleza de las políticas de juventud no está perdida.
Gracias, anónimo por tus reflexiones. Ahora esto es algo parecido a lo que quería cuando hice este blog. Lástima que se me haya pasado el responderte antes, seguro que fue justo antes de cerrar en el blog los comentarios directos. Lo siento.
ResponderEliminarEspero que sigas pasándote por aquí y dejando tus ideas cada vez que quieras. Saludos.