Lo
confieso: ya no se qué hacer. Los post que escribo son generalmente bien
recibidos y las estadísticas del blog me lo corroboran (que dos mil quinientas visitas
hayan leído un artículo mío, me flipa).
Pero
cuando escribo de asociacionismo ¡Ay! Las visitas bajan considerablemente ¿Por
qué? Pues aún no lo sé pero por intentarlo ¿qué puedo perder?
El
hecho es que me propuse escribir una entrada, lo más dura posible, en relación a la
desgraciada Ley de Asociaciones de 2002 y su impacto en el mundo asociativo
( "las asociaciones y su ley rastrera", justo la anterior a esta, hace dos días). Incluso, me permitía hacer
aseveraciones como “las asociaciones como cauce de participación social han
muerto” con el único objetivo de que algún cabreado respondiera y hubiera
debate y ahí explicarme algo mejor.
En
fin, supongo que la cabra tira al monte y al final, como me decían los alumnos
en cursos de animación sociocultural: “tú, lo que eres es un provocador”. Pues eso, que esta vez el tiro ha salido por
la culata y me ha dado en los morros. Nada de aumentar las visitas de esta
manera.
Por
todo esto, me contesto a mi mismo el post anterior, estableciendo mi opinión
sobre el tema, sin mediar provocación alguna (creo).
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Efectivamente,
la Ley de Asociaciones de 2002 es un engendro y lo único nuevo que aportó, para
lo que nos ocupa, es la creación del “mercado tercer sector”. No digo que este
tema sea negativo en sí mismo pero ha supuesto la pérdida del asociacionismo
como cauce de participación social ¿Cómo pueden estar en la misma legislación
ONL´s y ONG,s facturando un dineral y compuestas por tres socios sin opción
ninguna de participación y una asociación juvenil de barrio o un colectivo
social? Pues no, por mucho que digamos eso es un disparate normativo y no hay
argumento que lo justifique.
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Mantener
las mismas estructuras organizativas durante tanto tiempo no es la medida más
adecuada, sobre todo cuando tienes la certeza que esa, la burocratización, es
una de las causas de que los jóvenes huyan de las asociaciones.
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Los
órganos son una quimera que no carbura. Asamblea, Junta Directiva, Comisiones,
Vocales…están ahí y son órganos válidos, sobre todo la asamblea. Pero seamos
sinceros. De todas las asociaciones que hay en este santo país ¿cuántas
asambleas se reúnen tal y como mandan sus estatutos? No metamos aquí a las entidades “institucionalizadas”
dicho sin connotación alguna, ellos me entienden. Pues eso, que cada uno se
responda. Y la pregunta: ¿no funcionan porque no hay gente o no hay gente
porque no funcionan?
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Si
tan importante es una ley de este
calado, ¿cómo es posible que no se haya desarrollado un reglamento específico
para el funcionamiento de las asociaciones teniendo en cuenta el volumen
económico que se manejaba y que en ocasiones ha resultado demasiado opaco?
- Por cierto, una Ley en 2002 que no habla de las redes sociales que entre otras muchas cosas son un instrumento de red y colaboración entre ciudadanos y organizaciones de primer orden.
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Efectivamente,
necesitamos a las asociaciones que están funcionando ahora mismo. Las
necesitamos por dos motivos: uno, para que las que hacen las cosas bien sigan
funcionando y fomentando la participación social de los ciudadanos y dos, para
que debatan sobre un nuevo modelo que contemple la realidad actual y las
preferencias de funcionamiento sobre todo de los jóvenes. Todo lo que no pase
porque ellas mismas sean las que transformen un modelo efectivamente superado y
trasnochado será pan para hoy y nada para mañana. Lo volveremos hacer todo de
arriba abajo como siempre y como siempre hacemos, la cagaremos.
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La
sociedad de consumo e individualizada, la deriva de los medios de comunicación
y sus estereotipos, la falta de una política decidida de juventud que no sólo
sirva para hacer un librito y una web
carísima, el apoyo hasta en la sopa a un voluntariado no participativo, la
aparición como setas de organizaciones compuestas por dos y el del tambor que
montan su negocio particular vestido de ONG y otras muchas causas (entre ellas
y la más importante: el sistema educativo que este sí, cambia cada 4 años), ayudan a que el nivel de asociacionismo en
nuestro país sea paupérrimo.
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Y
sí, los jóvenes participarían si encontraran las estructuras que les dejaran
participar. Cada vez que decimos que los jóvenes no participan porque están
apáticos, además de tirar piedras sobre nuestro tejado estamos contribuyendo a
un estereotipo de hace más de 2000 años. Mi experiencia como profesional me
asegura que cuando tienen las condiciones adecuadas –sus condiciones- son tan participativos como cualquier otra
generación y en cualquier otro país con mejores índices en esta materia.
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Lo
que es más difícil sería lo ideal: que ellos mismos propusieran sus espacios
para la participación. Al igual que hablaba de que las asociaciones han de ser
las que propicien una nueva estructuración del sector, los jóvenes que están
involucrados en alguna causa, sea a través de una organización, un colectivo,
un grupo, a nivel personal o que participa en movimientos sociales… han de ser
los que “instiguen” a las organizaciones a mirar al futuro.
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Para
ello, la cooperación de las administraciones públicas y los organismos
específicos de juventud tendrán, también, que dar un paso adelante y favorecer
los espacios de debate, abiertos y sin condiciones, para que se produzca este
cambio. Cuanta más institucionalización exista, menos debate. Esto, sí lo tengo
claro.
Bueno, no sigo más. Más o menos queda aclarada mi
opinión aunque os podría seguir diciendo causas por las cuales creo que la
citada ley es un despropósito y articular métodos de trabajo para lograr ese
cambio pero no me corresponde a mí.
Por último, la pregunta del millón:
todo esto está muy bien, pero ¿de verdad interesa el asociacionismo?
Ojalá que sí. Los beneficiarios seremos todos y eso que llaman democracia.
Muy propio tuyo, cabrear para que la gente salte y hable.
ResponderEliminarAh, y no pienso decirte quien soy.
Un abrazo.
¿Mira que me fastidia que, al menos, no pongáis vuestro nombre y en el caso de que me conozcas aún más.
EliminarEn todo caso, gracias por leer el post, canalla.
Sigue dando caña, Juán, y lo dicho, me apunto a quedar y hablar un ratico.
ResponderEliminarPor cierto, la pregunta debería ampliarse a ¿ a quien le interesa el asociacionismo?...
Un abrazo.
Paco Manuel Reverte.
Te podría decir en respuesta a tu pregunta que al político cuando va a salir en rueda de prensa presentando las subvenciones a asociaciones o un de esos días o semanas jóvenes pero tú y yo sabemos la respuesta.
EliminarLa quedada, cuando quieras.
Saludos.