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jueves, 25 de abril de 2013

La participación: ideal, realidad y esperanza.


Llevo trabajando en participación juvenil toda la vida, desde diferentes frentes. La conclusión a la que he llegado es que debe utilizarse como una metodología y no como un contenido que dar,  en cursos o en una clase.

Cuando he llevado a la práctica diversas experiencias, en lo que más he dado la vara a los mediadores de los programas ha sido que las actividades que se hicieran daban lo mismo que lo que importaba de verdad era el proceso para que ellos, poco a poco, fueran incorporándose a la  toma de decisiones hasta que fueran suyas todas las riendas. 

¿Y las actividades? Las  que ellos quieran, sí, pero que las organicen de arriba a abajo. ¿No se  trataba de que los jóvenes fueran autónomos? ¿Y qué haces organizando todo sin ellos?

Después de esta introducción, dos visiones y una esperanza.

El ideal.

Una visión metodológica de la participación. Un hábito más desde la más tierna infancia.

La familia debe convertirla en hábito. Cuando se es niño se le incorpora a las decisiones que le afecten y que pueda comprender. En la adolescencia, haciendo ver que tiene una opinión que dar y que ésta sea valorada como una más antes de tomar una decisión. En la juventud, plenamente incorporado a todas las cuestiones que se plantean en un hogar.

Todo esto amparado en un sistema educativo en donde el trabajo en equipo, el desarrollo de habilidades sociales y la toma conjunta de decisiones sean el pan nuestro de todos los días.

Y unas leyes abiertas para participar desde todos los puntos de vista, en donde se prime la participación de las personas sobre la creación de un sector económico. Y que esta participación sea dinámica, adaptada a cada tiempo que corre y que prime las acciones de los más jóvenes, facilitando la burocracia. Una ley que vigile a entidades-chiringuito que inventan dos y el del tambor.

Si esto existiera, todo lo demás vendría solo.

Lo que hay.

Un sistema educativo de mierda  que los partidos cambian a su criterio cuando les toca. En donde el conocimiento y la búsqueda de autonomía personal no importan. Sólo existe el día a día y el “gracias a que lo termino cuerdo”.

Una Ley de asociaciones (2002) que es  heredera de la Ley de asociaciones de 1964. No rompió nada ni aportó gran cosa a lo que ya se hizo con decretos en 1977 y 1988. Y es caduca. Ya era caduca en  2002. Y en 1978 y su artículo 48.

Para lo único que ha servido es para crear un sector económico fuerte (el tercer sector) que en un momento dado era el 5% del PIB. Ahora, el sector está en la ruina y la mayoría de trabajadores en la calle.

Últimamente nos planteamos el desmantelamiento de la sanidad o educación. En temas sociales, empezó con la ley de marras dejando una parte del estado del bienestar en manos de las entidades, ahora en pleno derribo. Y sus usuarios sin servicios.

¿Esperanza?

Siempre. Es necesaria para seguir. La esperanza son las personas. Gente que trabaja y le interesa esto de la participación. Y nos interesa porque es la madre de todas las batallas de la sociedad. Sin participación no somos nada, somos borregos en manos de la buena voluntad del pastor que nos toque.

Hay muchos proyectos en este país que han dado unos resultados en participación juvenil realmente fantásticos y los responsables políticos lo saben. Lo han utilizado muchas veces en sus reuniones de directores generales en el INJUVE para sacar pecho, pero no los han tomado en la suficiente consideración para que todos los programas de su departamento se impregnaran de metodologías participativas,  aunque sigan por ahí funcionarios diligentes que, dentro de lo poco que ha quedado, lo siguen intentando.

Y profesores empeñados en saltarse gilipolleces y dando a sus alumnos la posibilidad de participar activamente en su educación.

Pero nada de esto es visible para la sociedad, lo conocemos nosotros que estamos en el ajo. Los medios y el poder están en otra cosa.

Hoy decía en twitter que la participación se promociona de boquilla pero que asusta mucho al poder, llámese éste gobierno, familia, empresa u organización.

No creo que a pesar del pesimismo que pueda parecer que rodea este post podamos darnos por vencidos. Nuestro trabajo es decente, honesto y siempre pensando en el bienestar de las personas.

Otros no pueden decir lo mismo. 

Ánimo desde aquí a todos los que trabajáis la educación para la participación desde un colectivo, una organización, una administración, un aula, una empresa  o un movimiento ciudadano.

Seguimos ahí.

16 comentarios:

  1. Hola Juan, tienes toda la razón del mundo. A veces cuando veo buenos resultados de las cosas que hacemos y la poca trascendencia que tiene me vengo abajo pero no debemos permitirlo porque, como tú dices, somos personas y trabajadores honestos.

    Un abrazo.

    José Miguel C.

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    1. Gracias, José Miguel. Que la sociedad no se entere de las buenas experiencias que existen te da buena muestra de lo que quieren trasladar los medios a la sociedad. No estaría mal que entre asesinato y asesinato o entre sinverguenza y sinverguenza los medios dijeran alguna noticia relativs a buenos proyectos educativos para la sociedad. Pero ¿interesa?

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  2. Hola,

    Y no crees también que a muchos docentes les da "miedo" ese nivel de participación? Muchos quizas lo perciben como un caos y descontrol en sus sesiones...
    Me da la sensación que se intentan transmitir valores democráticos, que raramente se practican en las aulas... és una lástima...

    Poco a poco a ver si con nuestras acciones día tras día logramos ir cambiando el panorama, ESPERANZA como dices!!

    Jesús

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    1. Gracias, Jesús por tu comentario. Se trata, al fin y al cabo, de hábito. Casi nadie lo tiene y cuando no lo hay no se practica. No se puede pedir que los chavales participen y que los profesores sepan como se hace si no se ha hecho nunca. Es necesario arbitrar un proceso y ver los resultados con el tiempo y, claro, no hay paciencia.
      Espero que sigas dejando tu opinión en este blog.

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  3. De acuerdo con lo que comentáis, también me añado a esa sensación que de tanto en cuanto tambalea a los profesionales del ámbito social. Quizás la burocratización que gira entorno la educación, hace demasiado lento y poco eficiente cualquier proceso. Mejorar en ese sentido no vendría mal. Y trabajar mucho más en la línea de dar a esos jóvenes las pautas para decidir su vida, tampoco.

    Núria Barreda

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    1. Gracias, Nuria. En efecto, la sensación de excesiva burocratización se extiende a todos los sectores y parece, muchas veces, que estamos al servicio de los papeles y no al contrario. Es como si fuera más importante justificar lo que hacemos antes que garantizar procesos educativos, a muchos les da miedo sentirse educador. Ahora, lo más importante sería recuperar el orgullo de ser educador con todas sus letras y el compromiso que requiere.
      Gracias por participar aquí y espero que lo sigas haciendo.

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  4. Hola,
    en primer lugar, quería darte las gracias por tu blog, ya que me ha parecido muy interesante.
    Creo que tienes toda la razón en que es difícil ver que desde arriba se da apoyo a procesos participativos, considero que esto es tanto a un nivel macro (política), como a un nivel micro (aula). Esta dificultad puede que venga influenciada por un problema de ego. Con esto quiero decir que el ego puede llevarnos a considerar un desacuerdo contra mi “yo educador” como un desacuerdo contra mi “yo persona”. En medio de todo esto, y personalmente creo que sobre todo en lo varones, anda en juego también, un fantasma llamado “yo autoridad”. Esta aportación no es más que una invitación a que todos los que estamos en este campo, reflexionemos internamente sobre estos aspectos.

    Un saludo sincero

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    1. Gracias, Sdeharo. Tema complejo éste y sujeto a muchas interpretaciones. Siempre he creído que ese ego del que hablas es uno de los obstáculos, no sólo para esto, para la comunicación. En cuanto al tema de la autoridad, con los más jóvenes siempre he estado convencido que tal autoridad por el simple hecho de ser adulto es un error. El respeto mutuo se gana día a día y ese es uno de los pasos para lograr una comunicación fluida con los jóvenes.
      Espero que sigas aportando tu opinión en este blog.

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  5. Hola Juan:

    La esperanza es lo último que se pierde y, siento que en estos momentos de pánico es lo único que nos queda.

    Pienso que educar en la participación es muy valiente y además correcto. También decir que es una empresa difícil y que no todo el mundo está preparado para ello, hay que ser muy maduro y saber muy bien enfocar el camino. A lo largo de mi trayectoria profesional, me he encontrado con poca gente válida para ello.
    Para mí, todavía hoy sigue siendo un reto, al que no dejo, ni pienso ni quiero dejar de llegar.

    Gracias Juan por otra nueva entrada en tu blog.

    Un abrazo!

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    1. Gracias por tu comentario, Carmen.
      Se te echaba de menos por aquí. Pues todo lo podemos resumir en tu último párrafo donde dices que aspiras a poder hacerlo. Esto ha de ser una transición larga donde los primeros que lo asimilen son los profesores. Lo que si te digo es que un profesor que utilizara estas metodologías y estuvieran amparados por el sistema educativo sería una persona y profesional bastante más feliz y encontraría sentido a lo que hace.

      Un saludo y espero verte pronto de vuelta por este espacio.

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  6. Hola,

    Cierto que existe ese fantasma llamado "yo autoridad", però no creo que sea cosa exclusivamente de varones. La metodología impuesta en las escuelas ya implica ese uso de autoridad, independientemente del sexo del docente. Por eso precisamente, és interesante la intervención del educador social en algunos centros.
    Personalmente pienso que no podemos pedir a los alumnos que se desarrollen como personas autónomas, si en ese proceso educativo, no tienen oportunidad de ejercer una verdadera participación en su propio programa educativo, así que comparto la opinión del blog, creo que otra metodología es posible.

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    1. Hola,
      te agradezco la puntualización, porqué además es completamente cierta. Me suele pasar que cuando quiero hablar de lo masculino y lo femenino recurro a hombres y mujeres, cuando es verdad que hace ya tiempo que la dicotomía hombre-mujer ha sido superada. Quiero decir con esto que los valores masculinos, así como los femeninos, han transcendido al género. Debería hablar pues de personas con valores masculinos (hombres y mujeres) y de personas con valores femeninos (ídem). Aunque esto forma parte de la teoría de género y no es el tema que nos ocupa.
      Quiero aprovechar para agradecerte de nuevo tu comentario.

      Un saludo

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  7. Este comentario es para dar las gracias a Shedaro y J Mendía. Es la primera vez que hay un intercambio de comentarios entre usuarios de este blog y me siento satisfecho ya que ese es uno de los motivos de este espacio. Gracias a los dos y podéis seguir, si queréis. Yo asistiré encantado.
    Saludos.

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  8. Hola Juan,
    Soy estudiante de Educación social, tal y como van las cosas no sé si llegare a ejercer como educadora. Como tú dices “lo que hay” no te anima mucho, pero si te hace ser más consciente que sin la opinión de los profesionales y jóvenes no se pueden hacen reformas en condiciones del sistema educativo.
    El tema de las “herencias” en las reformas educativas, pesa más de lo que debiera y vamos como los cangrejos. Desde las “altas esferas” se ve algo más que intereses económicos y políticos, me parece que no hace falta que lo pregunte.
    La realidad es que sin la participación de todos no podemos llegar a nada, cada persona que se mueve en el ámbito social es una opción más que podemos tener. Las experiencias personales y profesionales que se comparten, nos pueden aportar nuevos recursos para una práctica educativa coherente en el contexto actual.
    Por este motivo sigo adelante, aunque la realidad sea una gran piedra en mi zapato, será hora de quitarme los zapatos y caminar con o sin ellos. Gracias por vuestras aportaciones, eso me anima a continuar estudiando.
    Un saludo!

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    1. Gracias a tí. Piensa que cuanto más avances en esto de la educación social más cosas controlarás. Nunca pienses en esto como un campo cerrado. Es muy grande sólo hay que encontrar algo que a la vez que te motive te de para vivir. Ya se que eso ahora mismo está jodido pero lo que no se puede hacer es tirar la toalla. Hay que estar alerta y ver por donde van los tiros e internet es uno de esos tiros.

      Suerte y gracias por participar en este blog. Espero que lo sigas haciendo.

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  9. Buenas tardes;
    Tras leer tu post me ha gustado cómo lo inicias: "debe utilizarse como una metodología y no como un contenido que dar, en cursos o en una clase". Creo que uno de los grandes problemas con los que nos encontramos, junto con otros también importantes, es que a nuestros jóvenes se les "enseña" la teoría de las cosas, incluso de aquellas que sólo tienen sentido en la práctica: comportamientos cívicos, participación, trabajo colaborativo ... Son conceptos que tanto ellos como el profesorado acaba escribiendo en un papel y cuyo objetivo es aprobar la asignatura (en Cataluña las dos "Marías", ciutadania i la tutoria). Pero lo cierto es que en la mayoría de institutos no se realizan proyectos que promocionen el ejercicio efectivo de estos conceptos ni el propio funcionamiento de la institución hace pensar que ningún chaval haya podido creerse aquello que su profesor le ha explicado que es una buena práctica.
    Pero sobre todo, no perdamos la esperanza.

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