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jueves, 5 de abril de 2018

La variante del placer en el tema drogas y jóvenes.

Desde que trabajo con jóvenes, sobre todo con adolescentes, tengo una máxima: decirles siempre la verdad, aunque duela. No me dedico a entretenerles sino a eso tan complejo llamado aprendizajes, educación en definitiva. Luego podéis ponerle el apellido que queráis: formal, no formal, informal, educación social, educación para la salud... a gusto del consumidor. A mí, la verdad, es un debate que no me interesa lo más mínimo. Lo que sí me interesa es por qué no funciona lo que solemos poner en marcha en materia de prevención de drogodependencias o reducción de riesgos asociados a las drogas, sobre todo desde las administraciones públicas, basado casi siempre en las dichosas charlas o en campañas, la mayoría destinadas a personas adultas. Aquí unas cuantas razones. A ver qué pensáis vosotros y vosotras.



Para muchas administraciones y organizaciones que trabajan el tema, relacionar los términos drogas, placer y jóvenes es un tabú absoluto ya que están convencidos/as que si las relacionas van a salir las hordas de jóvenes drogándose por las calles. Algo parecido pasa con el sexo. Parece que es mejor  no hablar y que aprendan solos/as o no nombrar ciertas cosas no vaya a ser que la liemos y algún padre o alguna madre se cabree por lo que le han dicho a su hijo o hija en una charla en el instituto, aunque sea verdad. Podemos llamarlo de muchas formas, jamás educación.

En este post voy a hablar exclusivamente de este hecho ¿Por qué cuando les hablamos de drogas a chicos y chicas nunca les hablamos sobre sus efectos placenteros? ¿Acaso creemos que son idiotas y no lo saben? ¿Quiénes son aquí los/as idiotas?

Hoy mismo, he visto en twitter un post de la Guardia Civil que decía: "La droga NO ayuda a salir de los problemas, ni a desinhibirse, ni a divertirse, ni mejora tus relaciones sociales, ni te hace más cool...", acompañada de una foto de un gol de Cristiano Ronaldo.

Pues le diría (además de felicitarles por su twitter) que sí, amigos/as, que las drogas ("La droga" no se lo que es) si ayudan a desinhibirse y a divertirse y también tienen unos efectos placenteros. Si no fuera así, nadie las tomaría y como prueba sólo hace falta mirar nuestro país donde existen millones de consumidores habituales de drogas de todo tipo y hay una industria, legal e ilegal, a nuestro alrededor de tres pares de narices.

La razón parece clara: queremos retrasar el inicio en el consumo de drogas o que no tomen ninguna, para que éstas afecten lo menos posible a personas que todavía están desarrollándose y para ello lo mejor que se nos ocurre es mentirle a un/a adolescente.

Listos del todo, vamos. Y claro, nos ven como unos/as hipócritas.

A ver si nos aclaramos: No le puedes decir a un grupo de jóvenes que están en un parque fumando porros que lo que hacen no es divertido cuando se están partiendo el culo de risa.

Tampoco puedes machacarles con la cantinela de que no desinhiben (es uno de sus efectos habituales) cuando cualquiera sabe que para entablar conversación con esa chica o chico que te gusta lo haces más fácil cuando te tomas dos cervezas. Sí, la cerveza es una droga.

Otro argumento muy de adultos/as (sí, de esos/as que pasaron directamente de los 12 a los 25 años) es esgrimir el concepto de salud y de lo malo que es para ésta tomar drogas y que en unos años pagarás. Bravo, hablarle de salud a alguien que se cree inmortal y su futuro más cercano es quedar con su grupo de amigos/as para hablar de sus cosas, no de las nuestras.

¿Y qué pasa si a quienes han decidido consumir y son mayores de edad les informamos de forma veraz y científica para que les afecte lo menos posible? Pues que se monta el pollo. Sólo hay que ver la respuesta a algunas campañas que han puesto en marcha organizaciones que se dedican a la reducción de riesgos.

Y en estas estamos. Ahora, la última campaña de la FAD quiere que toda la sociedad se implique en que los y las menores no consuman nada. Es decir, más de lo mismo. Los mundos de Yupi. Seguro que toda esa sociedad que va a hacer que chicos y chicas no beban ni gota y no se fumen un porro dan el mejor ejemplo en su vida cotidiana.
Y luego está esa manía de meter a toda la juventud (como le gusta llamarla a las personas adultas) en el mismo saco. Y no.

Ahora, según datos de los últimos estudios, los y las jóvenes beben menos que nunca ¡Anda, sorpresa! Y tampoco se les mete en la cabeza que hay adolescentes que lo prueban todo, también quienes prueban algunas cosas y, por supuesto, los que no prueban nada porque ni les gusta ni les atrae ¿Tan difícil es entenderlo?

¿Y qué propongo yo? Algo tan revolucionario como trabajar con sentido común, verdad científica y con conocimiento de lo que significa trabajar con personas adolescentes y jóvenes, con metodologías que impliquen la creación de vínculos entre educadores/as y adolescentes, trabajando los temas de forma normalizada, dotándoles de habilidades para la vida y que puedan preguntar abiertamente lo que quieran. Además, estaría bien articular una buena formación a padres y madres (y que luego vayan, claro) más que a los/as propios/as jóvenes, ya que saben menos aún del tema que sus hijos e hijas.

Y el miedo para el tren de la bruja y para contar historias en el monte. El tabú y la hipocresía no creo que sean nuestras aliadas educativas. Nunca deben serlo hablando de aprendizajes o educación.

Seguimos creyendo que alguien con 15 años está en la más tierna infancia y les contamos mentirijillas piadosas. Lo que no pensamos es que ni están en la más tierna infancia, ni les engañamos, con explicaciones rocambolescas o con el silencio, ni les convencemos. Son adolescentes y su papel en el mundo es el que es: descubrirlo por sí solos/as y en compañía de sus iguales, exactamente lo mismo que tú cuando tenías su edad.

Tampoco estaría de más que las administraciones y las organizaciones encargadas de realizar el discurso oficial del tema giraran algo sus planteamientos con olor a naftalina y abrieran las ventanas un poco para que corra el aire. Aunque sólo sea por cambiar y hacer algo distinto a lo de siempre, que ya está bien.




2 comentarios:

  1. ¿Razón? ¿Sentido común? ¿Verdad científica? ¿Educación? ¿En este país? Tú estás loco.

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    1. Posiblemente, te iba a decir que soñar es gratis, pero me niego a pensar que esto es un sueño. No es tan difícil, lo único que sobra es ignorancia. Saludos.

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