Hemos
de reconocerlo: los que nos dedicamos al tema “juventud” somos los profesionales que menos influencia
tenemos sobre la población joven de
todos los trabajos que se ejercen con, para o
por las personas de este segmento de edad. Es crudo asimilarlo, lo sé y
eso no impide que duela.
Los
que se dedican a la educación, al diseño, al marketing, a la cultura mainstream, esos sí que tienen una
poderosa influencia en los jóvenes, no nosotros.