Hace
ya mucho tiempo, cuando las administraciones públicas eran el motor de lo que
se hacía en lo social (juventud, servicios sociales, igualdad…) se empezaron a
contratar servicios externos para la ejecución de algunas de las actuaciones.
No era una marca propia de un partido si no que parecía que era lo mejor para
la gestión (el por qué no lo hacían los funcionarios es otro debate, muy
interesante por cierto).